Editorial. Roberto Aguilar

Seguidor de la belleza, de la armonía y del color; militante de la danza como así mismo se nombra el fotógrafo Roberto Aguilar, que durante décadas ha dedicado su vida a contemplar y compartir el mundo del movimiento, ha viajado de escenario en escenario sin importar el transporte, el país o clima, resguardando su cámara como su mayor tesoro ante la posibilidad de perder el momento perfecto en el escenario, la expectativa de un suspiro, de un instante muchas veces inesperado. Con paciencia y calma como aliados está dispuesto a captar emociones que convierte en imágenes al pasar por su mirada reflejando la belleza y la perfección del sentimiento. Roberto se ha especializado en detener en un instante a los mejores bailarines alrededor del mundo en el momento exacto haciendo de sus fotos un segundo magistral. Ha compartido su trayectoria con el público el mismo que lo espera en sus exposiciones, no han escapado de su lente los más grandes como Nureyev, Jorge Donn, Alicia Alonso, Mijaíl Baryshnikov y Maya Plisétskaya entre muchos más, llevando al espectador a un mundo encantador. Siempre cuidando cada detalle del intérprete, cada respiración, siendo responsable del resultado -al bailarín se le respeta y una foto con mal ángulo puede causarle un daño irreparable- idea que lleva en el pensamiento cada vez que pulsa el botón de su cámara. La danza ha sido su utensilio de trabajo con el que ha transformado la conciencia del movimiento, la magia del es...